martes, 6 de diciembre de 2011

Por una prueba limpia

Cuando a principios de año se hizo pública la lista de premios que recibirían los primeros clasificados de la París-Colmar, que debía celebrarse en junio, algunos nos preguntamos si el vehículo Renault Clio valorado en 14.000 euros que recibiría el primero era realmente un premio más atractivo que los 8.000 euros en mano que recibiría el segundo, sobre todo en el caso de que el primero fuese un extranjero. Durante la prueba, que pudimos seguir online en diversos foros, algunos nos preguntamos también si la cuestión anterior tenía algo que ver en el hecho de que uno de los grandes favoritos, el ruso Dimitri Osipov marchaba segundo, por detrás del francés David Régy. El abandono por motivos de salud de Régy en la parte final de la prueba puso punto final a la discusión.
Hace unos días, cinco meses después de disputada la prueba, los vencedores -el ruso Ossipov y la francesa Dominique Alvernhe- acudieron al acto de premiación que se celebró en la propia casa Renault de París, donde posaron junto a los flamantes vehículos que se les debía entregar. No se les hizo entrega del coche allí mismo, sin embargo. Aquellos coches eran solo para la foto. A Alvernhe, dada su residencia en Montpellier, se le comunicó que el coche se le entregaría a través del concesionario de la marca en esa ciudad (o sea, que incluso mejor). A Ossipov, en cambio, se le envió a Colmar, distante 500 km de París, a recoger el coche, ya que era ese concesionario el que concedía el premio. Unos cuantos días después, y tras un largo periplo, el marchador ruso se volvió a San Petersburgo sin coche. "Problemas administrativos", se ha excusado la organización. No hay razón para dudarlo. Tampoco para dudar de que, en efecto, Ossipov recibirá su coche (más bien deberá volver a pasar a recogerlo) en las próximas semanas. Pero vistos los antecedentes sí hay razón para preguntarse si en 2012 tendremos una París-Colmar limpia o no.