miércoles, 23 de julio de 2008

Alpe d'Huez

El Tour de Francia llega hoy a Alpe d'Huez. No voy a hablar aquí de ciclismo; me interesa tan poco quién pueda ganar hoy la etapa como quién sea el ganador de la prueba de los 20km de los Juegos Olímpicos. Por motivos algo diferentes, claro está.
Estuve en Alpe d'Huez en 1994. Fui a ver el Tour, (entonces todavía me interesaba). Llegué en tren a Grenoble y el día antes de la etapa fui caminando, mochila a la espalda y por el arcén de la carretera, desde el mismo Grenoble. Unos sesenta kilómetros. Al llegar a Bourg d'Oisans, allí donde empieza la ascensión a Alpe d'Huez, vi un cartel fijado a un poste que invitaba a todos aquellos que subieran en bici o corriendo a tomarse el tiempo y reclamar su diploma en la cima. Así que le di al crono y empecé a subir las veintitún revueltas y sus trece kilómetros y 1.100 metros de desnivel. Iba cargado con la mochila, ya digo, o sea, que de marchar, nada. Y además, aproveché para hacer unas cuantas fotos. Llegué arriba tras 2 horas 28 minutos y 40 segundos. Luego fui a por el diploma a la oficina de turismo. Me dieron uno de ciclista y tuve que reclamar que al menos me lo dieran de corredor. No se molestaron en rellenar nada. Me lo entregaron en blanco. Mi nombre y mi tiempo me lo tenía que poner yo mismo. Tanto daba. No iba a hacer trampas. Además, debajo del lugar donde debía ir mi nombre ponía "Certifica por su honor que..." Y luego había que firmarlo.